miércoles, 8 de mayo de 2013

Nim

-Hugo, son las diez. Es hora de acostarse que mañana tienes que ir al colegio –le dije justo al acabar el programa de televisión que ambos estábamos viendo.

-Jo, papá, déjame un poco más. A las diez y media me voy. Además que tú mañana también tienes que ir al hospital a trabajar.

-Sí, pero tú hoy no dormiste nada, que escuchaba desde mi habitación como dabas vueltas de un lado al otro del colchón. Así que nada de las diez y media. Vete a la cama

-Vale, es cierto, no podía dormir. Pero tú tampoco, que te escuché ir al baño como cinco veces.

-Pues yo dormí muy bien. Quizás sea sonámbulo –le contesté intentándole dar un toque gracioso a la conversación-. Venga va, si te acuestas ahora te cuento un cuento. Ya verás como hoy sí que duermes.

-Papá, tus cuentos son aburridos. Siempre hablan de leones o de brujas -me respondió quejándose.

-Hoy lo haré diferente. Te lo prometo.

Mientras Hugo se ponía el pijama yo me acomodaba en la silla de su habitación dispuesto a iniciar el cuento. Una vez que él se metió en cama comencé a narrarlo.

El título es "Llegó sin saludar y se fue sin despedirse".

Nim, así llamaban todos los compañeros a aquel pequeño león una vez que éste comenzó a ir a la escuela. Nim no tenía amigos. De hecho todos se reían de él debido a que su madre aún lo acompañaba al colegio. Quizás por eso, ella, intentando que hiciese amistades, le sugirió que el día de su cumpleaños les llevase a sus compañeros de clase un poco de tarta hecha con sangre y sesos de búfalo. Decía que así se ganaría la simpatía de la clase.

Cuando llegó el día Nim llevó la tarta para sus compañeros, pero nadie quiso probarla. Los demás leones empezaron a burlarse de él diciendo cosas como “seguro que fue tu mamacita la que cazó a los búfalos”, “tú no eres capaz ni de cazar a una cebra”, y cosas así. Nim se puso a llorar. Él solo quería compartir la tarta con sus compañeros el día de su cumpleaños, pero ni una tarta aceptaban.

Las horas pasaban y la comida que él había llevado seguía sin probarse. Avergonzado por lo que su madre pudiese pensar al ver la tarta de vuelta Nim comenzó a comerla con la intención de acabarla toda y, así, que su madre pensase que el plan había sido un éxito.

-Yo quiero un poco –escuchó decir Nim a su espalda poco tiempo después de iniciar a devorar la tarta.

La leona más bonita de toda la selva estaba justo detrás de él, pidiéndole un trozo, queriendo probar la tarta que él había llevado.

-Hola –la saludó Nim con toda la boca manchada de aquella deliciosa sangre de búfalo-. Puedes comer toda la que quieras. Total nadie más va a querer.

Tras recibir el permiso de Nim aquella leona empezó a ingerir. Ni gracias ni nada. Todo lo que había dicho había sido “yo quiero un poco”, y rápidamente empezó a comer. 

-Perdón, ¿tú eres nueva no? Es que no te había visto por aquí antes.

-Sí. Mis padres y yo nos mudamos este mes. Parece ser que aquí hay más comida que en Mozambique y acto seguido continuó comiendo.

Más tarde Nim se enteraría, gracias a que la maestra se dirigió a ella, que aquella bonita leona se llamaba Linga.

Linga y Nim se convirtieron en inseparables desde ese día. Cada cumpleaños compartían una nueva tarta.

Cuando acabaron el colegio fueron a la universidad. Nim estudió medicina. Linga se hizo profesora para empezar a dar clase a los leoncitos y quién sabe si también para probar tartas de cumpleaños de vez en cuando.

Al cabo de un tiempo Nim y Linga tuvieron un bebé león. Eran muy felices los tres juntos pero, cuando su hijo tenía 8 años,  apareció una bruja.

No todas las brujas son malas, pero esta sí lo era. Sin motivo, sin tener una razón para hacerlo, aquella bruja mandó un hechizo a Linga que hizo que enfermase.

Nim, pese a haber estudiado medicina no lograba curarla. Poco a poco Linga fue perdiendo fuerzas hasta no poder moverse. Y finalmente fue perdiendo la voz hasta no poder hablar.

Cuando el final estaba a punto de llegar, a Nim se le ocurrió la idea de llevarle al hospital una tarta de búfalo igual a aquella que habían comido el día que se conocieron. Pero era tarde. Linga ya se había ido. Lo había hecho fiel a su estilo. Llegó sin saludar, y se fue sin despedirse.

Cuando terminé la historia y me sequé los ojos, pude ver como Hugo se había quedado dormido. Quizás debido a que la historia volvía a tratar sobre leones y brujas. Quizás debido a que, al igual que yo, prefería las historias que nos contaba Linga antes de dormir.

15 comentarios:

  1. GUSTOUME SALVO A TARTA DE SANGUE E SESOS; DEBE DE SER QUE NON SOU LEONA.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa tarta ten moito éxito no mundo dos leóns. Se non o eres é difícil que che guste.

      Eliminar
  2. Estou chorando... dinme un golpe na man mentres estaba a ler esta merda de conto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya sabes en qué blog no tienes que volver a entrar.
      Cuídate esa mano ;)

      Eliminar
    2. Aínda por riba maleducado, ¡manda carallo co chaval!

      Eliminar
    3. Simplemente te dije que ya sabías en que blog no tenías que volver a entrar. Y lo dije porque tú llamaste "mierda" a mi cuento, luego entonces interpreto que no te gustó.
      Pero ojo, tienes razón, quizás he sido yo el maleducado.

      Un saludo persona anónima.

      Eliminar
  3. Si fuches ti o maleducado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Discrepancias de opiniones.

      Gracias por decirme que el cuento es una mierda. Intentaré hacerlo mejor la próxima vez. Aunque afortunadamente no los escribo para que gusten a la gente, los escribo porque me gustan a mí.

      Eliminar
  4. A verdade é que me gustou bastante a redacción do conto, gustaríame ler outra historia, son un afeccionado aos blogs. Saúdos!

    ResponderEliminar
  5. No estoy de acuerdo a mi particularmente no me ha gustado mucho, discrepo totalmente con la opinión de arriba.

    ResponderEliminar
  6. Ti non tes nin puta idea sabes ti escribir unha historia mellor zampabolos?

    ResponderEliminar
  7. Yo no he faltado al respeto a nadie simplemente di mi opinion

    ResponderEliminar
  8. Ti es un parvo a xente que escribe nun blog expresa as suas opinions para relaxarse e comunicar un sentimento aos demais solemos ser xente timida e reprimida con pouco contacto social que simplemente disfrutamos co que facemos.

    ResponderEliminar
  9. Conversacion estupida no me gusta el cuento porque es pesimo y ya esta es mi opinion.

    ResponderEliminar