viernes, 20 de julio de 2018

El camino a la plaza

Acabas la carrera y empiezas el abismo. Hasta ese día lo has tenido todo pautado. Clase, exámenes, vacaciones, y vuelta a las clases. No había mucho que pensar. Pero un día acabas y hay que decidir qué hacer. Sabes que las oposiciones son una opción y decides ponerte, duras un mes. Toda tu vida has estudiado para exámenes que tienes al día siguiente o dentro de dos días, nunca para un examen que tienes dentro de un año. O te mentalizas o pierdes el tiempo. No estás mentalizado y te marchas a Londres. Dejas las oposiciones. Trabajas de camarero pero en unos meses vuelves. Encuentras la forma de entrar a trabajar en un colegio concertado de tu ciudad y lo haces. Las oposiciones ya no son una opción. Trabajas en el comedor del colegio el primer año, trabajas en alguna cosa más el segundo y repites casi lo mismo el tercero. No pisas un aula como tutor, curiosamente para lo que has estudiado. Empiezas a preguntarte a dónde te lleva eso. 

martes, 27 de junio de 2017

Capítulo XXI.- Historia de un maestro

-¿Hoy vamos a salir al patio a dar clase? –me preguntó Lucas, uno de los niños que se sentaba en primera fila.
-No, hoy no –le respondí sin dar el motivo principal, el cual era la reprimenda que me había pegado el director por haberlo hecho el día anterior.

No penséis que había renunciado a volver a hacerlo. Yo soy muy tozudo, y si algo considero que es lo que se debe hacer pues lucho por llevarlo a cabo. Pero, a veces, esas cosas hay que hacerlas con calma. Yo tenía un puesto muy débil dentro del colegio. Llevaba muy poco en él, no tenía apoyos importantes, apoyos que tuvieran verdadero peso en las decisiones que se tomaran en el centro más allá del que tenía Andrés, el que me había conseguido la entrevista, pero bastante había hecho ya. Supongo que no me salvaría el culo si Miguel me quisiese despedir. Entonces, cuando Miguel me habló de la reunión de padres se me encendió la luz. Si conseguía que los padres creyesen en mí, mi puesto ganaría mucha estabilidad y, a consecuencia, yo ganaría libertad a la hora de ejercer mi trabajo.

lunes, 11 de julio de 2016

Iniciación A de alemán.

Pablo tiene doce años. Ayer su padre, cuando volvía de trabajar, se encontró con el padre de Miguel, compañero de clase de Pablo. Pablo y Miguel son amigos desde que entraron juntos en el colegio y las dos familias tienen una muy buena relación. Preocupados por la situación actual del país los dos padres empezaron a hablar sobre las oportunidades laborales que les esperan a sus hijos cuando estos crezcan. El futuro no pintaba bien.

viernes, 1 de mayo de 2015

Una y otra vez

Pondría esta canción una y otra vez. De hecho llevo tres días enteros haciéndolo sin problema. Acaba y la vuelvo a poner. Así sucesivamente. Una reproducción tras otra, gustándome la siguiente vez más que la anterior. Me transmite tranquilidad. Nadie canta, y quizás por ello me gusta. Sólo un piano, a un ritmo lento, es lo que se escucha. Pero no necesito más. Me vale y me sobra para saber que cuando acabe quiero volverla a escuchar. No me canso y pienso que ojalá la hubiese conocido antes.

miércoles, 22 de abril de 2015

Londres V - Llegó el día y llegó el show

Viernes, 17 de abril. Son las 16:00 y la plantilla del restaurante se encuentra a la espera de que aparezca el manager para poder así comenzar una reunión de la que se desconoce su contenido, pero de la que se sabe que no ha sido convocada para llamarnos guapos e inteligentes.

lunes, 20 de abril de 2015

Londres IV - El principio del fin

Según mi currículo soy Dios como camarero. En realidad me río yo de las acusaciones a Juan Carlos Monedero sobre el supuesto falseo del suyo. Quizás por ello, por ser un farsante y pese a no haber cogido una bandeja en mi vida, obtuve el trabajo en este restaurante brasileño a principios de enero.

viernes, 13 de marzo de 2015

Eres idiota y lo sabes

Eres idiota y lo sabes. Posiblemente seas un montón de cosas más pero, lo que está claro, es que idiota lo eres. Pero no pasa nada, no te preocupes, todo el mundo es idiota. El problema llega cuando te empeñas en no serlo o, en su defecto, en intentar creer que no lo eres, porque tarde o temprano acabará saliendo la parte idiota de ti y, en función de lo idiota que tú te creas, la sorpresa que te llevarás al corroborar tu idiotez será mayor o menor. Asume que eres idiota. Es más, asume que eres muy idiota. Y asume que, probablemente, eres de los más idiotas del mundo. Porque sí, porque lo eres. Todo el mundo es idiota. La diferencia está en que unos lo saben y otros no, y en que unos tienen más facilidad que otros para ocultar su idiotez a los demás. Pero métetelo en la cabeza, todos somos idiotas y vivirás mejor si no te consideras una excepción. Hazle creer al resto de la humanidad que no eres idiota si quieres, pero no intentes hacértelo creer a ti mismo.