Bueno, aquí va el resumen del año 2012. No esperéis que se expongan grandes cosas en esta entrada porque las cosas privadas no se hacen públicas.
Éste ha sido el año en el que me he dado cuenta de que mis mejores años como futbolista ya han pasado. He tardado 4 años en darme cuenta pero es hora de asimilar que ya no soy aquel jugador relativamente decente que aportaba bastante a su equipo. Ahora soy ese jugador que se pasea por el campo y cada vez que tiene el balón su primera opción es tirar un caño. No quiero decir que no sea un jugador actitudinalmente recuperable, pero la sensación de un caño bien hecho es mucho mejor que el de una carrera bien hecha. Eso es así, y contra ello tendrá que luchar el entrenador que me quiera recuperar. Mi primera opción cuando me llegue el balón será siempre hacer un caño si tengo opción, y sino hacer una rabona en el caso de que me venga el esférico a la izquierda. Ojo, que no soy de esos jugadores que intentan hacer caños y pierden la pelota, no. Yo si lo intento lo hago, lo que pasa es que ralentizo un poco el juego.
Continuando con el fútbol diré que éste ha sido el año en el que he disfrutado más yendo a un partido de entrenador que yendo de jugador. No voy a entrar en los motivos porque, como bien dije antes, las cosas privadas no se hacen públicas, pero el caso es que una de las cosas que más he echado de menos en estos últimos meses del año ha sido eso, ser entrenador. Ha sido un año en el que hemos empezado líderes pero que hemos terminado 3º. Logramos llegar al último partido dependiendo de nosotros mismos pero hemos fallado. Si ganábamos éramos campeones de liga y perdimos 2-1. Un buen entrenador como soy yo pues siempre sabe el motivo de la derrota, por lo tanto os la voy a confesar. Hemos perdido la liga porque esa mañana llegamos a la Torre, preguntamos en qué vestuario nos metíamos, nos dijeron algo así como "en el que queráis, del 7 al 16 están todos libres", y nosotros cogimos, nos situamos delante del nº13, y dijimos: "pal 13, con dos cojones", y perdimos.
Académicamente hablando ha sido un año que comenzó bien la verdad. En enero aprobé esa asignatura que había cargado 2 veces antes y que esperaba volver a cargar para no hacerle el feo a las otras dos, pero fracasé y aprobé. Un mero trámite. Coser y cantar vaya. Si esperas suspender y apruebas entonces es que muy difícil no era, simplemente no había encontrado la fórmula en las dos veces anteriores. Al final acabé el curso aprobando todo, cosa no muy compleja teniendo en cuenta la carrera en la que estoy metido, así que tampoco voy a fardar mucho de ello.
Llegó septiembre y me fui. Cambié de país y llegué a Italia. Tranquilos, es temporal. Pero allí estaré hasta finales de julio haciendo turismo, sacándome 3º de Educación Primaria, y aprendiendo un poco el idioma nativo.
En el tema de amistades, círculos amorosos, y esas cosas que tanto le gusta a la gente hacer público en sus diferentes plataformas sociales pues me limitaré a decir que la gente que estaba el día 1 de enero está ahora, y quien ya no estaba el 1 de enero pues por un motivo o por otro sigue sin estar ahora. Bueno, miento, ahora tengo un chino en mi vida.
Lo siento por todos aquellos que esperaban confidencias sentimentales o cosas por el estilo, pero es que como decía Diego Armando, "yo no soy público, soy popular".
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