Eres idiota y lo sabes. Posiblemente seas un
montón de cosas más pero, lo que está claro, es que idiota lo eres. Pero no
pasa nada, no te preocupes, todo el mundo es idiota. El problema llega cuando
te empeñas en no serlo o, en su defecto, en intentar creer que no lo eres,
porque tarde o temprano acabará saliendo la parte idiota de ti y, en función de
lo idiota que tú te creas, la sorpresa que te llevarás al corroborar tu idiotez
será mayor o menor. Asume que eres idiota. Es más, asume que eres muy idiota. Y
asume que, probablemente, eres de los más idiotas del mundo. Porque sí, porque
lo eres. Todo el mundo es idiota. La diferencia está en que unos lo saben y
otros no, y en que unos tienen más facilidad que otros para ocultar su idiotez
a los demás. Pero métetelo en la cabeza, todos somos idiotas y vivirás mejor si
no te consideras una excepción. Hazle creer al resto de la humanidad que no
eres idiota si quieres, pero no intentes hacértelo creer a ti mismo.